El concepto paisaje trasciende del mero soporte físico (territorio) llenando de connotaciones culturales la topografía que lo soporta. El paisaje es un hecho complejo (identidad, territorio, percepción…) que no se puede deslocalizar tal como explicaba hace un siglo Elisée Reclus en su obra “El hombre y la tierra” en la que exponía que las condiciones del suelo, el clima y todo el ambiente condicionaba la manera de obrar de los pueblos en la historia. Pero no sólo eso, la acción combinada de la Naturaleza y del Hombre sobre el planeta que él expone, a mi entender, explica los diferentes paisajes.
En su prefacio expone: La emoción que se siente contemplando todos los paisajes del planeta en su variedad sin fin y en la armonía que les da la acción de las fuerzas étnicas siempre en movimiento, esa misma música de las cosas, se resiente viendo pasar los hombres cubiertos con sus vestidos de fortuna o de infortunio, pero todo en estado igual de vibración armónica con la tierra que les lleva y les nutre, el cielo que les ilumina y les asocia a las energías del cosmos.
Reflexionando sobre estas cuestiones, pienso en la música como expresión cultural y recuerdo letras que reflejan esa fuerte relación entre cultura y territorio, letras que siempre me han transportado a paisajes que puedo recrear por mi experiencia personal o a otros que imagino a través del ritmo, la melodía o las palabras.
Admiro y envidio el flamenco, que convierte en emoción las calles, los rincones, las plazas y el ambiente y las costumbres de sus ciudades y barrios. Pero hoy no hablaremos de eso, tan sólo os transcribo algunas letras de Javier Ruibal y de Silvia Pérez Cruz, y os invito a seguir este post escuchando sus canciones y recreando sus paisajes.
Rosa Pardo i Marín
GUADALQUIVIR (Javier Ruibal)
A mí,
agua sin fin,
río, desbórdame el corazón
y dame la nobleza de tu fuerza.
Háblame de lo que soy
y dime qué me espera
LA REINA DE ÁFRICA (Javier Ruibal)
¿De dónde sales tú?
¿Qué está pasando en Cádiz?
No se ven negras tan guapas
ni en Carnavales.
La reina de África por la Alameda
pasó volviéndome loco
con sus caderas.
Tendrían que poner
de tu puerta hasta la mía
una vereda de juncos
y de palmeras
y una choza de bambú junto a la playa
pa’ que te sientas en casa y no te vayas. (…)
Por un poquito de tu amor,
me voy contigo a Mombasa:
yo desamarro una noche
el Vapor del Puerto,
de oloroso y fino lleno la bodega
y no quiero más que tus ojos y las estrellas.
POR LA PUERTA DE ELVIRA (Javier Ruibal)
Te cansaste de esperarle
bajo la Puerta de Elvira,
malhaya sea la tarde,
Marién se siente perdida
se marchitan en su mano
los nardos de aquel encuentro
alfanjes envenenados
de amor, hieren por dentro
por verte venir a mí
haría un puente de plata
y una alfombra de jazmín
te llevaría a mi cama
por verte venir a mí
el corazón se desata
y se podría salir
por las ventanas del alma.
Y por la Puerta de Elvira,
en la hora más oscura,
por la dama que suspira,
llorará una lágrima la Luna.
y por la Puerta de Elvira
llevará luto la luna
por la dama que suspira
en la hora más oscura.
la barca de la imprudencia
cruza furtiva el Estrecho
malhaya sea el presagio Marién lo siente en su pecho
maldito el mar si te lleva
maldita yo si no muero
el dardo que me clavara
tu amor fue tan certero
por verte venir a mí
haría un puente de plata…
11 DE NOVEMBRE (Sílvia Pérez Cruz)
…amb l’ànima enredada
a les voltes de Calella,
amb mirada gallega i accent d’empordanet petit,
el cor li batega
com punys que repiquen sobre les taules
d’una taverna antiga i eterna.
Seductor Atlàntic de pell Mediterrània,
de mans nobles,
plenes de pessigolles, cordes de guitarra ansioses de ballar
amb els seus dits
sense pressa.